Buenos Aires, 8 de julio de 2024
Desde la Asociación Argentina de Salud Pública, manifestamos nuestra profunda preocupación ante el despido de científicos y trabajadores de la salud. Estas medidas, que incluyen entre otras, la desvinculación de 300 becarios postdoctorales del CONICET y el despido de numerosos profesionales del Hospital Nacional Alejandro Posadas, reflejan una tendencia que representa un grave retroceso para el sistema científico y de salud pública en Argentina.
Tenemos la convicción de que el rol del Estado como garante del acceso al derecho a la salud es indelegable y que solo puede ser efectivo mediante una planificación rigurosa, un enfoque metodológico sólido y una gestión transparente. Creemos que esto solo se puede lograr desde una actitud constructiva y de apoyo, reconociendo que la ciencia y la salud son pilares fundamentales para el desarrollo y bienestar de una sociedad. La construcción de un sistema robusto y eficaz de estos ámbitos requiere años de formación, dedicación y sacrificio por parte de les profesionales, así como un Estado comprometido que cree las condiciones necesarias para su desarrollo y maduración. Los despidos masivos de científicos/as y trabajadores de la salud no solo desmantelan el trabajo de años, sino que también socavan la capacidad del país para enfrentar desafíos futuros.
Los hospitales nacionales, como el Hospital Nacional Alejandro Posadas, son fundamentales para sostener un sistema de salud que siga los modelos de países desarrollados. Actúan como centros de referencia para el tratamiento de enfermedades complejas y costosas que requieren alta especialización, y materializan un compromiso nacional de reducir las desigualdades en salud. Desfinanciarlos, provincializarlos o despedir a sus profesionales pone en peligro la salud de la población, y a una infraestructura de conocimiento y experiencia cuya destrucción implica un retroceso costoso en tiempo y sufrimiento para la población y los propios trabajadores de la salud.
Los 300 becarios postdoctorales del CONICET que están en riesgo de ser despedidos representan el futuro de la ciencia en Argentina. La resolución 967/21, que garantizaba su permanencia hasta la publicación de los resultados del concurso CIC 2023, está siendo ignorada, dejando a estos profesionales en una situación de extrema precariedad. Estos becarios han dedicado años de su vida a la investigación científica, contribuyendo al avance del conocimiento y a la solución de problemas críticos para la sociedad. Despedirlos es una injusticia para ellos, pero también una pérdida irreparable para el país.
La construcción de una nación fuerte y próspera depende de nuestra capacidad para trabajar juntos en la búsqueda de un futuro común. En este sentido, es fundamental que el Estado garantice el financiamiento y el apoyo necesarios para mantener y fortalecer estos pilares esenciales para el bienestar de nuestra sociedad, entre los cuales se cuentan Programas Nacionales que, desde el Ministerio de Salud de la Nación impactan sobre la salud disminuyendo algunas desigualdades estructurales y construyen soberanía sanitaria.
Instamos al gobierno a evitar cualquier medida que debilite los dispositivos públicos dedicados a construir Salud Colectiva y por tal motivo solicitamos que se reconsideren las medidas comentadas.
Es crucial recuperar la dimensión social y política de la salud como un espacio de construcción de lo común, donde la democracia se afiance frente a cualquier forma de totalitarismo. Solo así podremos garantizar que la salud, como derecho humano fundamental, sea accesible para todos y contribuya al bienestar y la dignidad de nuestra población.
Construir es difícil y lleva tiempo; destruir es fácil y rápido. La salud y la ciencia son espacios de construcción lenta y gradual que requieren paciencia, dedicación y el apoyo constante del Estado. Desmantelar lo que se ha construido con tanto esfuerzo no solo es una pérdida para el presente, sino también una traición al futuro que queremos para las generaciones venideras.